«Fenómeno por el que una persona se resiste a abandonar una estrategia, un camino o una situación porque ha invertido mucho en ella, incluso cuando está claro que el abandono sería más beneficioso».
La falacia del costo hundido se cuela en muchas decisiones financieras importantes. ¿Alguna vez se has sentido apegado a una inversión mucho tiempo después de que deberías haberla vendido? Sabes que nunca vas a recuperar tu dinero, y sabes que el coste de oportunidad es alto… pero no vendes.
¿Alguna vez has perseverado en una relación -de amistad o amorosa- incluso cuando el daño a tu energía personal es evidente? ¿Has tardado alguna vez en despedir a un empleado porque has invertido tiempo y dinero en su formación?
Todos estos son ejemplos del «efecto del costo hundido», que se produce cuando decides hacer o continuar con algo sólo porque has invertido en ello recursos (irrecuperables) en el pasado. A veces es el sentimiento de culpa, la vergüenza de reconocer un error o el miedo a las consecuencias. Es un sesgo cognitivo normal, y humano.
Pero es una lección fundamental en las clases de economía empresarial, y también en los libros de autoayuda de finanzas personales, que cualquier coste irrecuperable hundido en el pasado es irrelevante a la hora de decidir qué hacer a continuación.
En nuestro mundo, en Dircom Partners, vemos que esto ocurre con demasiada frecuencia. Hablamos con empresas y empresarios que siguen con sus agencias e incluso aumentan su negocio con ellas debido a la falacia del coste hundido: han invertido en ellas durante demasiado tiempo y tienen miedo de perder esa buena voluntad.
No solo están perdiendo la oportunidad de conocer a otros expertos que podrían aportar ideas más frescas y modernas, sino que además están pagando un precio superior porque su curva de aprendizaje es plana.
No estamos abogando aquí por un giro completo. No, no pongas en riesgo la continuidad de tu negocio, pero haz saludables «chequeos de realidad» periódicamente, incorporando nuevas agencias, para escuchar nuevas ideas y tal vez incluso refrescar el entusiasmo y la dedicación del titular de la plaza.
Recuerda: cuando los costos hundidos afecten a las decisiones estratégicas, habrá graves consecuencias.
Muévete.
Rápido.
Llámanos.
